(D’aprés une histoire vraie)
2017. Dir. Roman Polanski.
Delphine
(Emanuelle Seigner) es una escritora famosa. En una feria librera donde firma
ejemplares conoce a Elle (Eva Green) con la cual siente empatía e inician una
amistad cercana. Elle empieza a introducirse en la existencia de Delphine quien
se encuentra, ahora, en un bloqueo creativo. Le insiste en que debe utilizar su
experiencia personal en lugar de buscar ficciones. Delphine, entonces, se
empieza a interesar en la experiencias de vida de Elle para utilizarlas en su
siguiente obra. Sin embargo, el poderío de la amiga sobre la autora se impone
con fuerza hasta llegar a consecuencias inesperadas.
Fascinante
e intrigante vigésimo primer largometraje en una carrera exitosa y variada que
inició en los prodigiosos años sesenta, el maestro Polanski vuelve a ofrecer
otra cinta que puede leerse en diversos niveles, donde retorna a uno de sus
temas inquietantes (el otro, el doble personal) para hablar, en este caso, del
bloqueo creativo, de la página en blanco, de los auto cuestionamientos que
surgen al alcanzarse cierto éxito. Inscrita, en principio, como una cinta de
intriga y suspenso psicológico, la trama se va derivando hacia el acto de posesión de
voluntades, de angustias y culpas, de fantasía y desdoblamiento.
La hermosa Eva Green, de bellos recuerdos
desde su debut en "Los soñadores"
de Bertolucci.
Otro
nivel de lectura se debate entre los aspectos de realidad y ficción en el
presente que vivimos: ¿dónde entra la verdad y la mentira? Lo que significa en
estos tiempos la autoficción y los elementos intertextuales. Delphine recibe
cartas anónimas donde le reprochan haber utilizado las penas y sufrimientos de
su madre para conmover a un público explotado en sus sentimientos. La pareja de
la escritora es un periodista literario que tiene un exitoso programa
televisivo donde entrevista a escritores (en algún momento viaja a Estados
Unidos para encontrarse con Cormac McCarthy y Joan Didion, entre otros monstruos
literarios contemporáneos). Igualmente, el personaje de Elle es una escritora
fantasma que crea libros acerca de personalidades diversas a partir de datos y
notas pero siempre oculta detrás del personaje.
Emmanuelle Seigner, pareja y actriz
en cinco cintas de Polanski.
Y
finalmente está la tercera propuesta de lectura: el demonio de la creación, lo
que existe detrás del proceso literario, los tormentos a los cuales se
enfrentan los escritores para llegar al producto final. Todo este sistema bien
puede englobarse en la posible invención de una bella dama que se torna en
presión interna, en cuestionadora de lo que Delphine escribe. En metáfora de
sus odios internos, sus propios reproches, su ira contenida, sus deseos de
autodestrucción y en otro punto, su delirio de persecución. En personaje que
nadie conoció más que por referencia y que pudo estar a la altura de una amiga
imaginaria que se menciona en cierto momento.
Tal
como la Carol de Repulsión (Repulsion, 1964)
que llegaba a la locura y al crimen debido a sus represiones interiores, o el
Trelkovsky de El inquilino (The Tenant, 1976)
que se angustiaba por la supuesta conspiración de sus vecinos en el
departamento al cual iba a vivir hasta llegar a convertirse en la antigua
habitante del lugar, ahora tenemos a Delphine agobiada por sus temores de
aridez creativa, sus culpas como narradora, al grado de tornarse en “otro yo”
más audaz, elegante, hasta con sugerencia de instintos criminales, para
justificarse y encontrar una salida. Como fue el caso con La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, 1968) todo pudo ocurrir en
la cabeza de Rosa María o, en este caso, Delphine.
El maestro Roman Polanski,
lúcido e inquietante a los 84 años