domingo, 18 de marzo de 2018

EL DEMONIO DE LA CREACIÓN

BASADA EN HECHOS REALES

(D’aprés une histoire vraie)
2017. Dir. Roman Polanski.




         Delphine (Emanuelle Seigner) es una escritora famosa. En una feria librera donde firma ejemplares conoce a Elle (Eva Green) con la cual siente empatía e inician una amistad cercana. Elle empieza a introducirse en la existencia de Delphine quien se encuentra, ahora, en un bloqueo creativo. Le insiste en que debe utilizar su experiencia personal en lugar de buscar ficciones. Delphine, entonces, se empieza a interesar en la experiencias de vida de Elle para utilizarlas en su siguiente obra. Sin embargo, el poderío de la amiga sobre la autora se impone con fuerza hasta llegar a consecuencias inesperadas.


         Fascinante e intrigante vigésimo primer largometraje en una carrera exitosa y variada que inició en los prodigiosos años sesenta, el maestro Polanski vuelve a ofrecer otra cinta que puede leerse en diversos niveles, donde retorna a uno de sus temas inquietantes (el otro, el doble personal) para hablar, en este caso, del bloqueo creativo, de la página en blanco, de los auto cuestionamientos que surgen al alcanzarse cierto éxito. Inscrita, en principio, como una cinta de intriga y suspenso psicológico, la trama se  va derivando hacia el acto de posesión de voluntades, de angustias y culpas, de fantasía y desdoblamiento.

La hermosa Eva Green, de bellos recuerdos
desde su debut en "Los soñadores"
de Bertolucci.

         Otro nivel de lectura se debate entre los aspectos de realidad y ficción en el presente que vivimos: ¿dónde entra la verdad y la mentira? Lo que significa en estos tiempos la autoficción y los elementos intertextuales. Delphine recibe cartas anónimas donde le reprochan haber utilizado las penas y sufrimientos de su madre para conmover a un público explotado en sus sentimientos. La pareja de la escritora es un periodista literario que tiene un exitoso programa televisivo donde entrevista a escritores (en algún momento viaja a Estados Unidos para encontrarse con Cormac McCarthy y Joan Didion, entre otros monstruos literarios contemporáneos). Igualmente, el personaje de Elle es una escritora fantasma que crea libros acerca de personalidades diversas a partir de datos y notas pero siempre oculta detrás del personaje.

Emmanuelle Seigner, pareja y actriz
en cinco cintas de Polanski.

         Y finalmente está la tercera propuesta de lectura: el demonio de la creación, lo que existe detrás del proceso literario, los tormentos a los cuales se enfrentan los escritores para llegar al producto final. Todo este sistema bien puede englobarse en la posible invención de una bella dama que se torna en presión interna, en cuestionadora de lo que Delphine escribe. En metáfora de sus odios internos, sus propios reproches, su ira contenida, sus deseos de autodestrucción y en otro punto, su delirio de persecución. En personaje que nadie conoció más que por referencia y que pudo estar a la altura de una amiga imaginaria que se menciona en cierto momento.


         Tal como la Carol de Repulsión (Repulsion, 1964) que llegaba a la locura y al crimen debido a sus represiones interiores, o el Trelkovsky de El inquilino (The Tenant, 1976) que se angustiaba por la supuesta conspiración de sus vecinos en el departamento al cual iba a vivir hasta llegar a convertirse en la antigua habitante del lugar, ahora tenemos a Delphine agobiada por sus temores de aridez creativa, sus culpas como narradora, al grado de tornarse en “otro yo” más audaz, elegante, hasta con sugerencia de instintos criminales, para justificarse y encontrar una salida. Como fue el caso con La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, 1968) todo pudo ocurrir en la cabeza de Rosa María o, en este caso, Delphine.

El maestro Roman Polanski,
lúcido e inquietante a los 84 años