jueves, 21 de febrero de 2019

FALSIFICADORA


¿PODRÁS PERDONARME?
(Can You Ever Forgive Me?)
2018. Dir. Marielle Heller.


         Luego de haber escrito dos biografías de famosas celebridades (Miss Tallulah Bankhead, quien fuera popular actriz de teatro, ocasionalmente de cine -estuvo en Náufragos de Hitchcock-, famosa por sus vulgaridades, como el hecho de recibir a sus visitas mientras estaba sentada en el excusado, y Kilgallen, quien al contrario, fuera una periodista respetada y panelista constante en un programa de concurso por la televisión) en 1972 y 1980 respectivamente, alcanzando buenas ventas y excelentes críticas, la escritora Lee Israel (1939 – 2014) ya no pudo repetir su éxito, cinco años más tarde, con su siguiente biografía de la empresaria Estée Lauder. Cuando la conocemos en esta película, es 1991 y tiene un empleo que pierde por su mal carácter. Discute con su agente literaria Marjorie (Jane Curtin) porque no le consigue un contrato para escribir otra biografía, ahora sobre Fanny Brice, estrella de Broadway quien fuera la inspiración para la comedia musical Funny Girl, a lo que la mujer le responde que a nadie le interesa en esos tiempos, que ella tiene graves problemas de relación, sin jamás haberle importado la promoción de sus libros previos.


         Y es que Lee Israel era una mujer sin gracia: pasada de peso sin rasgos bellos, alcohólica, abandonada por su pareja lésbica debido a su forma de ser, desconfiada de las personas a las cuales maltrataba por lo que no conseguía simpatía ni respuesta. Su único refugio era su departamento, por el cual tenía deudas, y su único soporte emocional era su gata ya vieja, con una docena de años. Insistente con la investigación sobre Fanny Brice, al estar investigando en la librería pública, se encuentra dentro de un libro, dos cartas mecanografiadas pero firmadas por la propia Brice. Se queda con ellas y decide venderlas en las librerías de segunda mano o de ediciones raras para que le compren una y le comenten que si fuera de otros nombres más buscados e importantes como Dorothy Parker, una de las escritoras sardónicas más importantes de los años veintes y treintas en los Estados Unidos, podría haber conseguido más dinero. De ahí le surge la idea de empezar a falsificar cartas y firmas. La cinta se ocupa de esta parte en la vida de una brillante escritora que perdió el rumbo.


         Su agente le comenta que al escribir sus biografías logra mezclar su voz con las personas a las cuales ha estado investigando y así es como la escritora se da cuenta que puede ser “más Dorothy Parker que Dorothy Parker”. Lee Israel no se cuestionó jamás la parte moral de sus actos. Para ella era una forma de causar dicha y contribuir a la continuidad de la fama de sus falsificados. Era un orgullo saber que contenía dentro de ella misma las ironías de la Parker o el cinismo de Noël Coward. Entró al juego del mercado que maneja correspondencias y papeles de grandes nombres acompañadas de cartas de autenticidad, a lo cual Lee, gracias a sus actividades, se preguntaba si estas cartas eran en realidad “auténticas”.


         La cinta también se ocupa de la relación que surge entre Lee y el exconvicto Jack Hock (Richard E. Grant), narcomenudista, al encontrarse en un bar. Jack, homosexual, sin hogar, siente el apoyo de la solitaria mujer, la cual, dentro de su misantropía, cree que puede darse la confianza entre ellos. Jack empieza a colaborar con ella en la venta de cartas cuando empiezan las sospechas, pero el hombre no tenía tampoco sustentos morales y surgen los engaños y las decepciones. La película nos habla de seres en situaciones desesperadas que deben salirse de lo convencional, de las reglas ciudadanas, para sobrevivir, aunque al mismo tiempo, sin conciencia de que sus acciones sean reprobables. De alguna manera, ayudan al mundo.

         Una película de grandes actores. Melissa McCarthy, extraordinaria comediante, aquí se pasa al drama serio (ya lo ha hecho previamente) y se ha topado con un papel que le permite el lucimiento total, la demostración de su gran calidad como actriz versátil: gestos, manierismos, tonos de voz. Richard E. Grant es uno de los prestigiosos actores británicos desde hace más de treinta años. La conjunción de ambos hace que la película brille. Si acaso, el hecho de encumbrar y crear empatía hacia una delincuente puede parecer manipulador y chantajista, en realidad, el cuestionamiento acerca de lo que es falso y verdadero, lo auténtico y lo falso, es el principal objetivo de la cinta, lo mismo que pretendía establecer la autobiografía de Lee Israel en que se basa esta película.

La realizadora Marielle Heller
dando indicaciones a Melissa McCarthy