viernes, 14 de enero de 2011

EL INESPERADO ABURRIMIENTO



EL TURISTA
(The Tourist)
2010. Dir. Florian Henckel von Donnersmarck.


Una mujer (Angelina Jolie) es vigilada en París por la Interpol. Nos enteramos que un tipo que la conoce le pide que tome un tren a Venecia y que busque a alguien que se le asemeje. Logra escapar de sus guardianes y ya en el tren conoce al sustituto (Johnny Depp). El personaje al que protege la mujer es un estafador que debe dinero al fisco británico; aparte, le ha robado más de un billón de dólares a un hampón.

Y ya no vale la pena contar más porque aparte de que es una trama simple, no tiene gracia. Lo que pudo ser una trama ligera, al estilo de las producciones que en este género dirigieron Stanley Donen o Jules Dassin en los años sesenta, se torna plúmbea por diversos motivos: en lugar de darle un tono de comedia, hay seriedad; las estrellas no son las adecuadas e interpretan sus roles como si fuera un drama romántico; todos los elementos están tan desarticulados que no encajan: uno siente que está en Venecia y en ninguna parte a nivel geográfico; aparte hay la secuencia de un baile que que quiso ser inolvidable y parece metido con calzador. La cinta termina sin contundencia y hasta hay una broma en boca de la Jolie que resulta ser cierta.

Igualmente uno piensa que el realizador alemán von Donnersmarck
(coautor del argumento y guión), director de “La vida de los otros” (su ópera prima ganadora del Óscar a mejor cinta extranjera en 2006, lo que da alternativa de dudas y cercanías de frivolidad) es demasiado europeo y endeble para este tipo de película de acción con espías y romances. Le sucede lo que a muchos directorcitos mexicanos que se han metido a los géneros norteamericanos de acción sin lograr alcanzarlos; lo más triste es que estamos ante una superproducción con dinero de Hollywood.

Angelina Jolie es buena actriz: nadie lo duda. No obstante es limitada: hay personajes que no le van porque tiene un físico extraño que está más dispuesto para lo terreno. Aquí se le consideró dama elegante, algo que le es muy difícil para una mujer más creíble como clasemediera, opaca (de ahí que estuviera estupenda en “El sustituto” o las cintas sobre Lara Croft). Johnny Depp nos tiene acostumbrado a los seres extravagantes y desaliñados: en este caso, como aparente profesor de matemáticas, nunca logra ser simpático ni creible. La excepción es la calidad constante y versátil de alguien como Paul Bettany en su rol como inspector de la Interpol.
Una cinta de acción y aventura, en locaciones europeas, que termina siendo aburrida. ¡Qué lástima!