MILLA 22: EL ESCAPE
(Mile 22)2018. Dir. Peter Berg.
Durante los créditos de esta vigorosa película nos vamos
enterando de las características físicas y psicológicas de James Silva (Mark
Wahlberg) quien fuera hiperactivo, impulsivo, excelente militar al grado de alcanzar
un estado mánico-depresivo. Previamente
hemos sido testigos de una misión donde la CIA, a través de un programa
denominado Overwatch (tan sofisticado
que todo lo maneja desde satélites que se introducen hasta los esqueletos de
una casa) pudo eliminar a espías rusos. Silva, en un momento límite, mata a un
jovencito que estaba dentro del predio. Pasan 16 meses y la acción pasa a un
país imaginario en el sureste asiático. Se andan buscando cinco contenedores de
Cesio-139, polvo radiactivo que puede exterminar fácilmente a poblaciones
enteras. Llega un ex policía, Li Noor (el indonesio Iko Uwais), buscado por su
propio país, que busca asilo en la embajada norteamericana a cambio de dar
información sobre el lugar donde se encuentra este peligroso material. No
obstante, todo lo tiene encriptado en un disco que se autodestruirá en cierto
tiempo. Para dar la contraseña exige que lo trasladen a Estados Unidos. Aquí
inicia toda una odisea para que Noor sea transportado hasta el avión que lo
llevará al exilio.
Mark Wahlberg en su
cuarta cinta con el realizador Berg
Con ecos de otras cintas semejantes donde deben saltarse
obstáculos para que una persona requerida por ser criminal (El tren de las 3:10 a Yuma, Daves 1957),
objeto de esperanza (Niños del hombre,
Cuarón 2006) o mero testigo de cargo (16
calles, Donner 2006), llegue a su destino para que se cumpla la justicia, en
esta variante se tiene a un personaje que ofrece suspicacias por las
condiciones chantajistas, pero debe ser apoyado por cuestiones de seguridad
mundial. Este es el motivo por el cual debe volver a intervenir Overwatch cuya razón de ser se equipara
con las acciones de la saga de Misión
imposible donde el gobierno se desliga de responsabilidades debido a que se
salta todas las convenciones legales para acceder a sus intervenciones sobre
las soberanías nacionales o los derechos individuales.
Lauren Cohan,
la implacable Alice
Es interesante el estilo narrativo donde el personaje de James
se exalta, expresa sus inseguridades o enojos, alargando y matizando los
momentos de acción. Nos lleva al complemento de la personalidad de Silva quien
resulta ser el más redondo de los seres que pueblan esta ficción (aunque lo
mismo puede decirse de la implacable agente Alice, interpretada por la actriz
Lauren Cohan de la famosa serie The
Walking Dead, cuya vida personal la lleva a una encrucijada emocional:
sacrificar su deber maternal por servir a su patria). Otra curiosidad es que se
pone en jaque a la esperada hegemonía norteamericana: todo el discurso implica
la revolución y el avance tecnológico más refinado, pero en esta ocasión, en
esos afortunados giros narrativos, el espectador logra sorprenderse.
Iko Uwais, toda una revelación
La acción no da tregua: hay destrucción constante y
acechanzas en cada esquina. Aún dentro de la embajada suceden enfrentamientos súbitos
e imprevistos que ofrecen otra visión de vulnerabilidad que llegará a su pico
máximo al término de la película. Debe destacarse el excelente ritmo: la cinta
dura apenas 90 minutos y así pasan rápidamente para el espectador al cual no se
le da tiempo de respiro. Y se destaca la personalidad y magnetismo de Iko Uwais,
anteriormente doble de cine, actor en algunas cintas, pero cuya presencia se impone:
uno no puede dejar de admirarlo. Viene a representar lo que sucede con la
película entera: parece común y corriente pero termina siendo irresistible.
El director Peter Berg,
especialista en cine de acción